miércoles, 27 de octubre de 2010

Niña


Cuando era una pequeña niña que no paraba de sonreírle a la vida. Soñaba despierta con mi futuro, el cómo sería ser una “chica grande”, en que trabajaría, en donde viviría, con quien me casaría, el cómo vestiría, como hablaría entre muchas cosas.


Recuerdo que deseaba tener el cabello largo como las princesas de los cuentos de hadas, ser delgada y estilizada e inteligente a la vez (oh estereotipos!, lo sé). Maquillaba mi rostro, pintaba mis labios rojos y repartía besos a papá, mamá y a mi hermano. Que días aquellos en donde era una incertidumbre “él como” sería actualmente.


Pensaba que estaría casada a los 22 como mi madre, con 1 hijo a los 25 (jaja), que iría en mi auto a donde quisiera a la hora que quisiera, pensaba que si me casaba mas grande, estaría ya demasiadoooo grande (que ingenuidad no?) para los estereotipos de la sociedad, no sabía exactamente a que me quería dedicar, pero yo brincoteaba, bailaba y cantaba a todas horas del día. Recuerdo que en mis ratos libres aparte de saltar por doquier como “chiva loca” (apodo que me dieron en primaria), me gustaba dejar volar mi imaginación y escribir cuentos cortos. Recuerdo algunos títulos (solo algunos por qué mi memoria no es tan buena), “Lechuza Palina”, mi primera creación en donde la verdad no sé de qué demonios trataba jaja. “El Hada del Parque”, etc etc… (esos etcs fueron solo presunción, no recuerdo los demás títulos D: ).


Siempre me gustó caminar, conocer todo a mi alrededor, recuerdo que fingía tener una cámara fotográfica y trataba de grabarme los detalles de las "fotos" que guardaba en mi memoria (pésima como ya han de saber); pero lo que más se me grabó con el pasar del tiempo fueron los olores, los sabores... coleccionaba piedritas, moneditas, cosas brillantes, las cuales disfrutaba clasificando por tamaños, colores, texturas, tipos o simplemente por tiempo de adquisición. (Si siempre he sido meticulosa).


Entre sonrisas que regalaba por doquier y mis clásicas preguntas que incomodaban a los adultos (siempre pregunta el por qué a todo), me sentía bien; sabía lo que quería, no a ciencia cierta como ahora, pero se pudiera decir que soñaba con cosas que ahora tengo y con algunas que la verdad no existen ni existirán. Era una niña “pispireta”, soñadora, preguntona, peleonera. . . Esa era hace años y me da orgullo decir que esa pequeña Rocko, aún vive en mí.

domingo, 24 de octubre de 2010

Promesas sin cumplir...

El verano se ha ido y se ha llevado consigo todas las promesas que jamás se cumplieron. Promesas rotas, promesas que ahora han muerto.

Puedo sentir el viento frío en mí piel cada día que salgo de casa, dándome de bofetadas en el rostro indicándome que ya no estás. ¿Qué pasaron con esas promesas?, ¿qué pasaron con las cartas?, nunca las recibí y creo que jamás llegaran… ¿verdad?.

No me agrada el frío, o por lo menos eso es lo que digo a la gente cada vez que llega esta temporada y me lo repito a mi misma para no olvidarlo. El frío, esta temporada… todo me recuerda a ti. Recuerdos de promesas sin cumplir, recuerdos que tal vez solo existieron en mi cabeza y que no regresarán.

viernes, 22 de octubre de 2010

Recorriendo Jalisco



Debo reconocer que este "tour" por algunas ciudades de mi país, fué bastante relajante. A lo que dice la gente que me conoce, ya me tocaba salir un poco de la monotonía; estuve varios días antes del viaje bastante irritable, melancólica, dramática y paranoica de más (y eso es muuuuy grave).




He de confesar que al principio me sentía apática, no sabía que esperar, ni que haríamos exactamente. Pero conforme pasaron los días, algo que aprendí durante el viaje, es que a veces es mejor no tener las situaciones planeadas. Con los eventos no planeados te puedes llevar muchas sorpresas (en mi caso la mayoría fueron excelente); aparte de aprender a disfrutar los eventos no planeados con anticipación, observé con detenimiento una puesta de Sol, el vaivén de las olas, el sónido de las hojas danzantes de los enormes árboles. El saber que la gente aún a pesar de la "modernización", conserva sus raíces, no por conformismo; sino por no perder su escencia, por no perder con lo que nació y lo que siempre ha visto.




Aprendí que se puede tener tanto y a la vez tan poco. Que la cortesía de ceder el paso a un peatón es de bastante peso, aunque a simple vista pudiera no parecerlo. A que el tiempo es un elemento sumamente preciado en la vida de todo ser vivo (no solo ser humano) y que en un abrir y cerrar de ojos por un descuido (como el de caminar por una carretera desolada cuando anochece) pudiera quitarte el último soplo de vida.




Me conocí un poco más a mi misma, me he dado cuenta que lo mío es la ciudad, el asfalto, la selva de aslfalto y por más que pudiera sentirme agusto en una playa, en una selva, en una pradera... lo mío es la ciudad (sino favor de preguntar a los dueños del barco Beach Boy de Puerto Vallarta).






Conocí y reconocí.... y entre tanto aprendí...




PD: Gracias a mis amigossss de la maestría por su paciencia durante mi mal rato, Alan de Gdl. :D

Y a la gente que siempre me tuvo presente mientras estuve fuera.

martes, 5 de octubre de 2010


Es de madrugada, es una noche fría y más obscura de lo normal. Sé que estas por venir; me encuentro en mi habitación y puedo oler tu perfume a distancia, ya que lo reconozco de muchos años atrás.


Hoy no quiero hablar, no quiero saber nada, no te esfuerces en tratar de despertarme, que fingiré que siento tu presencia, que no te huelo, que no te escucho. Me encuentro cansada de no tener respuestas, esas respuestas que solo tú puedes decirme pero que te niegas a contar.

Está amaneciendo, no insistas más, no quiero volver a llorar por cosas que no sé. Por ideas, pensamientos, que no tienen ni pies ni cabeza.

Un día me preguntaste si estaba dispuesta a empezar por el final y terminar en el principio… en aquel entonces te contesté que no lo sabía, que no entendía lo que decías, pero ahora te digo con certeza, qué más da!!. Si eso me ha de brindar la paz que estoy buscando, seré Final.