viernes, 6 de agosto de 2010

Mi padre...



Has caminado tanto en tu vida, que hasta un día pensé que no había cosa que no pudieras hacer (hasta pude haber pensado que volabas si fuera un poco mas ingenua), eras mi héroe, mi ídolo, mi “muzo”, mi inspiración. Al principio fuimos muy unidos, muy amigos, sabías mucho de mí más yo no tanto de ti (solo lo que me contabas o dejabas ver sobre ti mismo). Exigías mucho hacia mí, hacías que me esforzará tanto que al final del día, siempre terminaba cuestionándome si en realidad lo había hecho como TÚ querías que fuera.
Con el tiempo, nos distanciamos poco a poco, cada vez más. Recuerdo que no podíamos conversar sin discutir ni una sola ocasión, tenía mucha rabia, mucha ira y tú tan solo te limitabas en decir que no era quien tú querías que fuera (supongo era por mi edad y tu edad que chocábamos tanto).



Ahora al pasar el tiempo, te entiendo mucho más y sé que tu a mí. No volvimos a ser los amigos unidos de un principio; somos mucho más, porque ahora, me dejas saber de ti. Es cierto que ya no eres mi héroe, mi ídolo, ni quiero ser un día como tú; he aprendido a ser yo gracias a ti.
Y ahora sé muy bien que nunca se es tarde para aprender a ser padre como nunca sé es tarde para aprender a ser hija y entender a tu padre.



Padre te amo, aunque no creo que leas este blog. Pero para que la gente sepa que te amo; aunque tengamos nuestros altibajos sé que eres de los pocos seres en este mundo que me aman tal y como soy de una forma desinteresada. Gracias, siempre.



PD: No es día del padre, ni su cumpleaños…. Es el día de jubilación de mi Padre, mi viejito :D
Y como dijera él: “viejos los cerros y todavía reverdecen”…

No hay comentarios: