miércoles, 22 de junio de 2011

Soñar no cuesta




Era ya de noche, una cálida noche con una ligera brisa que movía mis cabellos sin vaivén de una forma bastante arrítmica.

Mientras pensativamente conducía, divisé de reojo una serie de luces destellantes, las cuales había pasado de forma desapercibida. Provenían de una rueda de la fortuna que estaba en pequeña feria que se encontraba bastante desolada (supongo por ser un día entre semana cuando las personas se encuentran inmiscuidas en sus actividades cotidianas).

En realidad no sé por qué, me agradan tanto las "ruedas de la fortuna" (a que se debera el nombre?), ya que no tengo recuerdos de niñez sobre ellas. (La primera vez que subí a una tenía 20 años de edad) Aun así la veía girar lentamente sin personas en ella, suspire y me fui de ese lugar. (No pude subirme a ella por falta de $$ sinceramente).

Al subir nuevamente al automóvil, mi mente seguía distraída, así que decidí ir a mi lugar preferido para ir a ver las estrellas (a falta de no poder subir a la rueda), en compañía de la Luna. Entre suspiros, lagrimas, sollozos y sonrisas tímidas me percate de lo mucho que me gusta estar sola y pensar, soñar despierta como una pequeña soñadora y sonreír porque tengo vida para poder hacerlos realidad.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Simplemente HERMOSO

:D dijo...

Más nadie se preocupa de los pequeños que hacen girar esa ruedita... corren y corren para ser felices corriendo.

Charly dijo...

Wow, que manera de sumergirnos en tu mundo chio!, lovley!