miércoles, 19 de mayo de 2010

El transcurso del día


El amanecer en un lugar extraño, en un lugar donde no es el hogar; provoca un sentimiento distinto, que creo que todos hemos experimentado alguna vez. Va desde el primer instinto al abrir los ojos y ver alrededor, surge la típica pregunta ¿dónde me encuentro?. Segundos tarda el cerebro (dependiendo de su velocidad de discernimiento) en asimilar que has dormido en otro lado distinto a tu hogar, que esa noche, ese lugar desconocido fue tu lugar de descanso momentáneo.


Al transcurrir el día esa sensación extraña se va esfumando de tu mente y te limitas en disfrutar tu estadía en un lugar nuevo, en donde hay muchas cosas, lugares y gente por conocer. Ves alrededor y eres como alguien nuevo, nadie te conoce, sientes como cada poro de tu piel emana un cierto tipo de sudor frío como cuando se experimenta una nueva emoción (o miedo), olisqueas la “nueva” ciudad, ves con las manos, miras con tu olfato y pruebas cada aventura con la mirada.
Nada te detiene, solo tus pies (o tal vez algún automóvil si no te fijas bien antes de cruzar la calle)….


Hoy me enamoré de este atardecer, fue un atardecer ambarino con toques rojizos y un vaivén de nubes grises; pero nada se compara como los atardeceres de mi Ciudad Naranja, donde cada día es de una tonalidad naranja distinta a la anterior; (tal cual mujer que no desea que le vean con la misma ropa dos veces), en donde ese calor aún predominante cuando el Sol se está yendo te da el momentáneo Adiós y te recibe la Luna.

He olisqueado esta ciudad lentamente, esperando disfrutarla como si pudiera comerla de bocanada en bocanada; me encuentro impaciente de conocer más, de mirar más, pero sobre todas las cosas de “robar” experiencias, de esas de las que me encanta compartir con una buena compañía en un ambiente taciturno (ya lo sabes!!, entre luz y obscuridad).

1 comentario:

Walkirya dijo...

siempre existe ese inmenso olor a ansiedad y añoranza cuando nos encontramos en un lugar lejano, sin embargo la gran experienciaa d hacerlo vale la pena por si mismo y poder llamar hogar a cualquier lugar donde uno se sienta comodo, donde todo sea perfecto, eso es invaluable... la nostalgia siempre nos hace presa d nosotros, pero la cara con la q enfrentas un nuevo día sera lo q le dara valor a la vida. ;)